Carrera de Tabuenca

Nueva edición de la Carrera de Tabuenca con perros de tiro, y con esta ya van siete. Como cada año en el último fin de semana de enero, los promotores de este evento nos han acogido con los brazos abiertos, y con un trabajo organizativo perfecto que nos ha hecho disfrutar del mushing como a nosotros nos gusta.


Mucho barro en la primera etapa, como podéis ver en las fotos, y las ya conocidas cuestas del Moncayo, hicieron muy duros los primeros 19 kilómetros del fin de semana. En la zona alta del recorrido pudimos disfrutar de unos 3 ó 4 kilómetros de nieve, que refrescó mucho a los perros, dándoles alas en la bajada. En esta etapa salimos con Rama y Milvus delante, ya que queríamos controlar la velocidad, y Acme y Rillu detrás. 


Mucho barro
Mucho más barro







El equipo en la llegada
La etapa del domingo, también dura, aunque con menos barro. El cierzo que soplaba hizo que el recorrido estuviese más seco, aunque se notó tenerlo de cara en la última rampa de subida antes de meta. No sé a otros equipos, pero en esta etapa siempre nos ocurre que los perros empiezan muy locos, en la cuesta abajo, y luego, cuando la cosa cambia y se pone cuesta arriba parece que se aburren un poco. Comenzamos como el día anterior, con Milvus delante, pero a los dos kilómetros de la salida la cambiamos atrás, ya que no estaba nada concentrada y Rillu pasó delante. El final de la etapa lo hicimos con Acme delante, que impuso un ritmo bastante alegre en las últimas rampas.

Nuestra enhorabuena a todos los participantes, en especial a los ganadores, pero sobre todo a una pequeña musher que debutaba en esta ocasión: Se trata de Ona, la hasta ahora handler de Magda Ramos, que ha conseguido contagiar a su hija la pasión por este deporte y por los perros.
Ona, en la salida de la primera etapa
Y no me queda nada más que felicitar a la organización de la Carrera, y muy especialmente a Ernesto y Rita, que año tras año trabajan por seguir ofreciéndonos una buena posibilidad de disfrutar del mushing de media distancia en tierra. Siete años de trabajo duro y bien hecho son muchos, y han hecho que Tabuenca se convierta en una de las Grandes.

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