Jubilación



Trasgu ya es un abuelo perro, y no por su descendencia que no tiene crías
(por no tener ya no tiene huevos) Trasgu ya es un jubilado.
Hoy ha cumplido 10 años, lo que vienen siendo unos 65 en un perro de su tamaño: 38 kilos.

Es el más grande, más viejo y más tontorrón de los trogloditas que componemos este equipo.
Es el que más cuidados recibe y el más vigilado, pues la edad ya se le va notando.
Sin embargo sigue juguetón, cariñoso y cabezudo como siempre, aunque algo menos paciente.
Sigue disfrutando del agua, del sol, de las caricias, de rascarse aullando... de esas pequeñas cosas de la vida de un malamute jubilado.

¿Quién dijo nieve, pudiendo correr entre chopos? Orillas de Ebro, primavera 2009



Como perro de tiro, se retiró, ya sólo corre cuando le apetece (y cuando Isis consigue levantarse temprano), o huele algo muerto o algo apetitoso (o algo muerto y apetitoso al mismo tiempo) pero sigue acompañándonos a todas las carreras y eventos en los que participamos. Además ayuda con la educación de los más pequeños (que falta les hace, esta juventud...)

A más de un perro amigo le ha enseñado que cada uno come de su plato, y come rápido, o se queda sin comer. También les enseña que hay que respetar los turnos, y las zonas de descanso.

Esperando al equipo, con Rillu. Travesía Camino de Santiago, primavera 2010


Trasgu es capaz de romper pelotas del primer mordisco, de comerse todo lo que pueda oler/contener comida del tamaño que sea en un bocado, y de arrancarle una sonrisa y un mimo a cualquiera, incluso a aquellos a los que los perros no les hacen mucha ilusión.
También es capaz de mantener una baba colgando durante horas, de más de medio metro mirando una simple barra de pan o a las ovejas que pasan por delante de casa.
Es un gran amigo, un gran abuelo que sigue saltando encantado a la furgoneta (sea la nuestra o no) en cuanto nos descuidamos. Bajarlo ya es otra historia...

y como diría Trasgu... "E-e-eeesto hay que cele-e-eeelebrarlo"




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