Crónica de Los Arcos

Ir a cualquier sitio siempre nos da un poco de pereza... con lo bien que se está en casa. Pero la carrera de Los Arcos, después de haber participado el año pasado, tenía un círculo bien rojo en el calendario: No nos lo podíamos perder. Además, al final, Acher también se apuntó, así que ibamos el equipo completo.

La noche anterior, Aroa y Jordi, los OgroMushers, nos visitaron y estuvimos cenando todos juntos. A la mañana siguiente, tras un potente desayuno emprendimos viaje hacia Los Arcos ambos equipos.

Cuando llegamos, casi de los últimos, y nos instalamos, pudimos comprobar que la temperatura no era nada buena. Hacía mucho calor, y esto hacía pensar que se retrasaría la salida, como luego ocurrió. Así que nos dispusimos a comer un buen plato de pasta que preparó Aroa (receta ogra de toda la vida con sesos de venado crudos... o tal vez fuera salsa de tomate).

En el musher meeting se comunicó que la salida se retrasaría hasta las 5 de la tarde, de modo que tendríamos algo más de tiempo para prepararnos. Porque, si bien es verdad que nosotros veníamos únicamente a por el sorteo del jamón, para no quedar mal, habría que correr con los perros. En cuanto terminó el musher meeting empezamos a hidratar y prepararnos... carro, casco, GPS, guantes, gafas, arneses. Cuando llegó el momento de poner botines yo me estresé un poco... normal, es lo que menos entrenado tenemos. Y ahí es cuando nos damos cuenta de que Isis y yo formamos un buen equipo, complementando el uno las carencias del otro: Cuando yo me pongo nervioso, Isis conserva la calma, y al revés.

La "alineación" para esta primera manga era Acme y Tardis delante (una apuesta segura ya que son las líderes más avezadas del equipo), los pequeños Uhu y Glück en el medio y Milvus y Jackie detrás.

Llegó la hora de salir. Esperamos todo lo posible para soltarnos para llegar justos a la salida y no tener que estar mucho rato parados en la zona de asfalto previa, donde el año pasado se rompieron la mayoría de los botines de los chicos. Llegamos cuando aún faltaban más de 30 segundos y...

¡VÁMONOS!


Me encanta esta foto (gracias Balta Greenheart). Mientras que otros equipos patean la salida o pedalean como descosidos, lo último que hago yo antes de alejarme de la salida es lanzarle un beso a Isis mientras ella me recuerda, como siempre en las carreras, que disfrute.

Nos esperaban 24 kilómetros, así que empecé reteniendo mucho al equipo, sobre todo porque los primeros kilómetros son cuesta abajo, aunque muy leve, y si les dejo correr a su antojo luego las subidas se nos atragantan. A partir de los 3 kilómetros empezaron a pasarnos otros tiros más rápidos. Aún retuve más al equipo, para evitar que nos arrastraran intentando mantener un ritmo que no es el nuestro. Cuando la cosa se tranquilizó ya pudimos coger nuestro ritmo, dejando que los perretes trabajaran en llano y en las cuestas poco pronunciadas y ayudando un poco cuando la subida se ponía algo más dura. 

El circuito de Los Arcos es digno de mención. Después de unos tres primeros kilómetros por caminos anchos,  se entra en una zona al lado del río Odrón, muy fresquita porque está todo el día en sombra por estas fechas. Tanto que en algunos charcos había placas de hielo. Luego hay un tramo con pequeñas cuestas que termina con un par de subidas y bajadas bastante fuertes, con el camino estrecho y con curvas: Subidas para pencar ayudando al equipo y bajadas para disfrutar. Luego se pasa por una paridera donde este año no había ovejas y se entra en una zona entre pinos más estrecha, que nos lleva hasta el primer automarcaje. Y después, comienza la parte más espectacular: Un llano por lo algo de la estribación, por un medio camino medio corta-fuegos, desde el que se puede ver Los Arcos y algunos pueblecitos más. Como oscureció en este tramo tuve la oportunidad además de contemplar el paisaje nocturno, con las luces de los pueblos y otras casas de campo desperdigadas. Un espectáculo digno de ser observado. Más tarde, el recorrido hace una curva cerrada y en bajada hacia la izquierda y poco más adelante nos encontramos con el segundo automarcaje. Después, de nuevo en un camino ancho llegamos hasta el puente por donde cruzamos de nuevo el río Odrón y volvemos hasta la meta por el camino que coincide con los tres primeros kilómetros del recorrido.

El piso durante todo el recorrido, de muy bueno para arriba. Sólo los tramos de caminos anchos podrían calificarse de 'un poco duro'. Vamos, que para lo que estamos acostumbrados en Bárboles, es como correr por una pista de atletismo. Aún así, ponemos botines porque donde sufrimos nosotros, y también los botines, es en el aparcamiento de la gasolinera, antes de la salida. De hecho, una vez en el recorrido, cuando paramos a hidratar compruebo los botines y si hay alguno roto lo quito, pero no lo sustituyo.

Invertimos poco menos de 2 horas en completar la primera manga. Algo más de 12 kilómetros por hora de media, que es nuestra "velocidad de crucero". Muy contentos por el trabajo que habíamos hecho todos. Y todos somos todos, también Isis antes de la salida, y Acher, que también ayuda.

Luego, hidratar perretes, quitar botines -que no se nos cae ni uno, oiga; los que no estaban puestos es porque yo los había quitado en carrera-, comprobar patas, quitar arneses, comprobar rozaduras, estirar un poco... y al rato la cena y a descansar. La verdad es que de esto se ocupó Isis. Yo estuve comentando la jugada con los OgroMushers, todos muy contentos del trabajo de nuestros equipos.

Y tras un rato de descanso, charradica y alguna cervecilla nos fuimos a la Sidrería Sueltxe a cenar. Como llegamos un poco pronto tuvimos tiempo de probar la sidra del lugar: una delicia, al igual que la cena, que compartimos con Nacho y Jesús.


Después de la cena, al llegar al stake out, nos comentaron que una perrilla del equipo Pas a Pas se había extraviado y que había gente con las bicis buscándola. Echamos una mano en lo que pudimos, casi más con apoyo moral que otra cosa. Menos mal que apareció pronto cuando varios perrillos montaron un poco de bulla. Tras el susto, a dormir.

A la mañana siguiente -sólo cinco horas más tarde- levántate, saca perretes, hidrata, pasea... y comienza a preparar porque salíamos a las 9h06. La etapa del domingo, con la misma estrategia que la de la tarde anterior: llevar nuestro ritmo y no dejarnos arrastrar por otros equipos más rápidos que nos podrían hacer de liebre. En esta ocasión Uhu iba con Acme delante. Hacía más fresquito que la tarde anterior, entre 3 y 5 grados menos, pero con más humedad. Completamos el mismo recorrido en unos 5 minutos menos que el sábado. Muy contentos por todo: la salida que incluía esquivar un camión enorme que había aparcado delante de nuestra furgo, el trabajo de todo el equipo y de los perretes en particular... todo.

Al final, terceros en nuestra categoría. Los que nos conocéis ya sabéis que la clasificación nos da igual... sobre todo en Los Arcos: nosotros veníamos a por el jamón.

La entrega de premios fue en el restaurante del Hotel Villa de Los Arcos. Los trofeos, muy bonitos y muy currados, especialmente los de canicross.


Y para finalizar llegaba el momento culminante del fin de semana: ¡¡¡EL SORTEO!!! La cosa pintaba bien, ya que Acher iba a ser la mano inocente. 

Pero al final... nada de nada. Quien sí tuvo suerte... nuevamente... fue el equipo Pas a Pas, lo de estos chicos es increíble. Por lo menos, nuestro gran amigo Nacho sí que obtuvo un merecido premio... esperemos que nos lleguen al menos un par de lonchicas, para un bocata.

Foto de Pas a Pas
No me debo olvidar del trabajo de la organización, encabezada por Jorge Ibáñez. A él y a todo su equipo mi más profundo agradecimiento y enhorabuena por preparar un evento tan bien pensado y ejecutado. ¡Un abrazo enorme!


Atención: Aquí comienza la parte crítica de la crónica, si piensas que el mundo es un lugar maravilloso no sigas leyendo (...o si te das por aludido no te mosquees)

Sí que me gustaría hacer una pequeña mención negativa en esta crónica, no todo va a ser happy flower, y ya sabéis que soy de quejarme mucho: No me gusta ver bicis pedaleando como descosidos mientras sus perros no tensan la línea, creo que es forzarles a correr más de lo que harían por sí mismos y eso NO es mushing. Creo que es un problema tanto de motivación como de entrenamiento físico. A algunas de esas personas se le ha advertido en otras carreras, pero está claro que no va con ellos. Tampoco me gusta oir a equipos que van durante todo el recorrido animando a sus perros a gritos... le quita bastante encanto a un deporte tan bonito como el nuestro.

Comentarios